Sonora y la seguridad pública; en CDMX, aprueban reforma judicial
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Apenas hace unos días se detuvo a Baldomero “N”, un objetivo prioritario, como se conoce en la jerga policial a los líderes de grupos criminales, en este caso, uno que opera en el noroeste del estado, con influencia en Sonora y Baja California, dedicado al trasiego de armas, drogas y personas.
Como esa detención, hubo otras en los últimos años que momentáneamente dejaron sin liderazgo a algunas células criminales. Hubo también fuertes decomisos, como uno de tres toneladas de cocaína en la región del desierto de Altar, que por cierto derivó en una escalada de violencia en la región, por el enfrentamiento entre grupos criminales.
El colaboración con el Ejército, la Marina y la Guardia Nacional, la Policía Estatal ha participado en otros aseguramientos importantes, como en de narcolaboratorios en El Quiriego, donde encontraron más de tres toneladas de metanfetaminas, en lo que se considera el decomiso más grande en la historia del país. Antes encontraron un mega arsenal en Navojoa con diverso armamento y más de ¡un millón! de cartuchos útiles.
Estas, y otras acciones suelen ser opacadas o minimizadas ante episodios de violencia que se siguen registrando sobre todo en aquella zona noroeste del estado, y que obviamente tienen gran impacto mediático sobre todo porque eventualmente, las líneas entre eventos criminales se cruzan con el interés político.
¿Recuerdan todos los esfuerzos que se hicieron desde varios medios para afianzar la idea de que el avión que trasladó al Mayo Zambada aterrizó y volvió a despegar desde Hermosillo? Finalmente resultó falso, pero más de uno se regodeó con la posibilidad de que Sonora apareciera en el cuadrante de ese episodio.
Nadie en su sano juicio podría afirmar que en Sonora, como en el resto del país y particularmente en los estados que colindan con la frontera norte, la actividad criminal ha sido neutralizada. No, el fenómeno persiste, sigue cobrando vidas y sumiendo a poblaciones enteras en la zozobra.
Pero en justicia hay que decir que en algunas regiones ha sido acotada notablemente, como en el sur del estado y particularmente en Ciudad Obregón a últimas fechas, o en Guaymas, donde hace tres años las cosas estaban ardiendo.
Enseguida, van algunos datos que documentan la política de seguridad estatal en esta materia y que deben ser considerados a la hora del análisis.
En 2021 el número de efectivos de la Policía Estatal era de 886 elementos; se ha incrementado en 100 por ciento para llegar a mil 766 en estos días; del Instituto Superior de Seguridad Pública se habían graduado, desde su creación solo 29 alumnos y para este año se han capacitado 2 mil 592, graduando a 10 generaciones.
Como parte del proceso de profesionalización y para mayor seguridad ciudadana, se encuentran certificados el 74 por ciento de los policías municipales y el 92 por ciento de los estatales.
Ayer el gobernador Alfonso Durazo entregó 125 patrullas para la PESP, que contaba con 239 en 2021 y con esta entrega la cifra llega a 598 vehículos. En ese mismo lapso, de 2 mil 162 armas largas y cortas se llegó a 3 mil 156. Lo mismo ha ocurrido con los uniformes, chalecos balísticos, cascos, lámparas y demás enseres que los agentes requieren para desempeñar su trabajo.
Es decir, por voluntad y por acciones presupuestales concretas no ha quedado.
El hecho de que sigan registrándose episodios criminales solo documenta la dimensión del problema que no es, de ninguna manera, menor. Y que requiere un abordaje interinstitucional y de colaboración binacional, lo que encierra múltiples complejidades.
II
Tal cual se planteó ayer en este espacio, la reforma judicial propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador se aprobó por mayoría calificada en el Senado de la República. La reforma pasará sí o sí, decíamos ayer, porque hay una directriz inobjetable desde Palacio Nacional para que así sea, como sea.
Y ‘como sea’ implicó sesionar en una sede alterna debido a los disturbios provocados por opositores a la reforma y grupos del oficialismo que ‘tomaron’ la sede del Senado obligando a sesionar en otro lado. Pero también resultó épico el pasaje de los senadores panistas Miguel Ángel Yunes Márquez y su padre y suplente, Miguel Ángel Yunes Linares.
Finalmente, el voto que necesitaba Morena provino del PAN. El PRI se mantuvo firme pese a que en esas horas, el INE invalidó la reforma estatutaria del PRI que permitió la reelección de Alito Moreno y por tanto su presidencia en el tricolor. Al senador Daniel Barreda, de MC le detuvieron a su padre en Campeche y él mismo estuvo ‘ocupado’ en resolver vericuetos legales en su estado, por lo que no pudo estar presente en la votación.
Barreda salvó la honrilla de no tener que ir a votar a favor, algo que no pudieron hacer los Yunes, aunque no pudo evitar la burla de Adán Augusto López, quien le dedicó su voto llamándolo ‘escapista’.
Por fuera de la sede del Senado hubo zacapelas, madrazos y choques con la policía; adentro, un álgido debate en el que se dijeron de todo. Finalmente Yunes Márquez le dio a Morena el voto 86 que necesitaba, y los 43 votos de la oposición se redujeron a 41, en una sesión con 127 de los 128 legisladores.
El debate en la Cámara Alta no tuvo como eje central la discusión sobre la reforma en sí misma, sino sobre los elementos políticos de contexto que llevaron a esas horas intensas de confrontación política y que terminaron, como suele suceder en estos casos, con lágrimas de los perdedores y risas de los ganadores.
Queda para los próximos días el seguimiento de lo que sucederá, sobre todo en el terreno legal, pero también en el político, donde el PAN y su dirigencia nacional tendrán mucho que explicar a quienes votaron por ellos y nunca vieron venir lo que sucedió. En la cúpula dirigente quizá no extrañe tanto la reculada de los Yunes, pues si algunos conocen bien la fama pública de ese par de veracruzanos, son Marko Cortés y su gente.
Y en Morena, bueno, a Morena y sus aliados ni los molesten porque ahorita andan celebrando por todo lo alto la aprobación de esta reforma que, ya en un plano más frío, encierra más dudas que certezas, pero por lo pronto se están cebando en los caídos, festinando su capacidad para llevar al extremo la premisa de que el fin justifica los medios y evitando tentarse el corazón para configurar una mayoría calificada mediante métodos ante los que el mismísimo PRI setentero palidecería.
Veremos qué sale de todo esto.
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