Y sin tamales de chipilín…

Arturo Soto Munguia /    2025-01-30
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A propósito de felices ocurrencias, recordará el emprendedor lector, la ‘neni’ lectora aquella cena a la que el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador convocó a lo más granado del empresariado mexicano, recibiéndolos en Palacio Nacional donde ofreció una cena cuyo platillo principal eran tamales de chipilín y agua de jamaica y de frutas.

 

El objetivo era convencerlos, como lo hizo, de que adquirieran más de tres millones de cachitos de lotería para aquel histórico e inédito sorteo en que se rifaría el avión presidencial, otro churriguresco episodio de la política mexicana cuyo desenlace ya se perdió en las nubosidades de la desmemoria.

 

Finalmente lo que se rifó no fue el avión, sino su equivalente en dinero, pero los empresarios aceptaron gustosos adquirir cachitos por un monto de mil 500 millones de pesos y uno de ellos incluso le propuso al presidente repartir los cachitos que compró entre las comunidades más pobres del país. Las ganancias de ese sorteo se invertirían en la construcción de hospitales en Guerrero y Oaxaca.

 

Ya ni quién se acuerde si tales hospitales fueron construidos, o de dónde quedó el avión, que por estos días andará surcando los cielos del mundo llevando de un lado a otro a don Emomali Rahmon, presidente de Tayikistán, que fue quien lo compró a precio de remate en 92 millones de dólares en una operación que causó mucha polémica pero que con los años pasó al olvido.

 

El punto es que antier, la presidenta Claudia Sheinbaum volvió a convocar a los machuchones del capital en México para apelar a su siempre generosa solidaridad y que le ayuden con el programa México te abraza, cuyo objetivo es hacer frente a las contingencias que generen las deportaciones de migrantes que su homólogo de EEUU ya comenzó. No asistió ella, pero estuvo la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez.

 

Y los empresarios volvieron a jalar, en un nuevo alarde de patriotismo, solidaridad y, diríase, reciprocidad, pues en palabras del mismísimo López Obrador a los capitanes del dinero nunca les había ido tan bien como en los tiempos de la 4T.

 

Allí estaban todos de nuevo: Francisco Cervantes Díaz, líder del Consejo Coordinador Empresarial; Roberto Campa, director de Asuntos Corporativos de FEMSA (¡de FEMSA!); Alejandro Malagón, de Concamin; Julio Carranza, de la Asociación de Banqueros; Juan José Sierra, de la Coparmex, entre otros 70 machuchones que acudieron al llamado de la presidenta, y sin tamales de chipilín.

 

Total que allí estaban todos, o casi todos los dirigentes del sector privado, la satanizada burguesía, el vilipendiado fifí, los malqueridos aspiracionistas hijos pródigos de la mafia del poder, dirigentes de los principales sindicatos patronales o, como decía el recordado Enrique Cisneros “El Llanero Solitito”: la Concamin, la Concanaco, la Concameto y la Concasaco…

 

Dueños y representantes de 70 compañías, todos dispuestos a ayudar a la nación en estos momentos críticos, ofreciendo 50 mil empleos para mexicanos que sean deportados desde EEUU, atendiendo el presidencial llamado a la buena voluntad que se extiende a los tres órdenes de gobierno, a las iglesias, organizaciones civiles y a la iniciativa privada para brindar asistencia y protección a los hermanos migrantes que vienen de regreso.

 

De hecho, el CCE echó a andar el Programa de Inclusión Laboral de Repatriados que busca aprovechar la experiencia de los connacionales adquirida en diversos sectores como la industria, la manufactura, el campo y los servicios.

 

No es algo que esté fuera del alcance de los ámbitos del trabajo en que se mueven estos liderazgos. Si uno de cada 20 establecimientos empleara a una persona repatriada se estaría dando trabajo a 50 mil de ellas

 

Aún más: Juan Pablo Molina, del Consejo Nacional Agropecuario sostuvo que en el campo mexicano hay 400 mil vacantes, y otras 20 mil en el sector comercio y de servicios.

 

Y todo está muy bien, aunque rápidamente saltan dos preguntas: Si hay casi medio millón de vacantes en esos sectores, ¿por qué 2024 cerró con más de 1.5 millones de desempleados entre la Población Económicamente Activa? ¿Si hay todas esas vacantes, por qué ir a buscar empleo fuera del país?

 

Las respuestas parecen obvias y la que está más a la mano parece tener que ver con la precariedad salarial, pero esa es materia de otro análisis.

 

El punto es que, como lo hicieron en su momento con AMLO, los capitanes de la iniciativa privada han echado la mano de nueva cuenta, ahora a la presidenta Sheinbaum, para ayudar a salir de un atolladero que sigue pareciendo de consecuencias impredecibles, como es el caso de las deportaciones masivas que tenemos enfrente.

 

Qué dictadura comunista tan chafa es la mexicana, que tiene en la burguesía nacional una tabla de salvación para casos de emergencia. Y qué burguesía nacional tan chafa la mexicana, que al primer llamado de auxilio acude a socorrer a la comunista Sheinbaum, con o sin tamales de chipilín.

 

(Espero se haya entendido el sarcasmo).

 

II

 

Qué buen salvavidas le cayó al alcalde de Cajeme, Javier Lamarque Cano después del ‘oso’ que hizo antier con la festiva inauguración de un bebedero en palacio municipal.

 

Pues ayer estuvo en Cajeme el gobernador Alfonso Durazo en una gira de trabajo en la que entregó becas para estudiantes de universidades públicas, y patrullas y equipo para las corporaciones policiacas.

 

Nada más de becas para estudiantes del sur de Sonora, el monto representa más de 26 millones de pesos del que acaso es el programa social más exitoso del gobierno duracista, en el que también se entregan tarjetas SIM para llamadas, mensajes y redes sociales ilimitadas, con siete GB para navegar en internet gratis por seis meses.

 

En esta gira por Cajeme, el gobernador entregó 19 patrullas en cuya compra se invirtieron casi 29 millones de pesos, además de chalecos y fornituras para las corporaciones municipales de Álamos, Benito Juárez, Empalme, Etchojoa, Huatabampo, Navojoa y Rosario Tesopaco.

 

Antes, el gobernador presidió en Hermosillo el foro “Transformado el régimen de agua en México” donde enumeró las tareas que se están llevando a cabo en Sonora para enfrentar los retos -que no son pocos- impuestos por los efectos del cambio climático que tienen al estado, particularmente en la región sur, con focos amarillos prendidos en el tablero, situación a la que por cierto no escapa Hermosillo.

 

En ese foro el gobernador se comprometió a destinar los recursos necesarios para garantizar el abasto de agua en los 72 municipios, lo cual fue música para los oídos del alcalde de Cajeme, porque si no, de dónde diablos va a sacar el vital líquido para que funcionen sus bebederos…

 

En fin, por lo pronto aquí la dejamos antes de meternos en honduras como en las que se andan metiendo las madres buscadoras, que no necesitaron escarbar muy hondo para encontrar varias decenas de cadáveres enterrados por rumbos de la zona rural poniente de Hermosillo, donde dicen que no pasa nada, pero sí pasa.

 

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