El Plan C y la reforma indígena pospuesta: ocho legislaturas sin respuesta
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El Plan C del presidente Andrés Manuel López Obrador presentado el 5 de febrero abarca 20 propuestas de reformas, 18 constitucionales y 2 legales, más cinco reformas que habría de añadir la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum, constituyen desde su óptica, una revolución en lo legal y comprende cambios profundos en el sistema jurídico del país y desde que fue conocida levantó amplios debates, así como gran polémica entre diversos sectores de la opinión pública, la alicaída oposición, dentro de la propia coalición ganadora, el Poder Judicial y han corrido ríos de tinta en su análisis.
Lo anterior, aunado al resultado electoral del oficialismo que provocó volatilidad financiera y cambiaria y ha sido visto como un cambio de régimen y el advenimiento, a partir de septiembre y octubre venideros, de un nuevo orden político superpresidencial con megamayorías en las Cámaras del Congreso de la Unión, de aprobarse la sobrerrepresentación en el ámbito legislativo.
Recientemente y en la recta final de la 4T, el EZLN a través del capitán Marcos, aludió en un escrito titulado “”, a la violencia, a los desplazados, al Tren Transístmico, a las madres buscadoras y a la construcción del tren maya, obra emblemática del gobierno de la 4T, en otro episodio del desencuentro que data desde 2006 entre la organización insurgente y AMLO.
El Plan C y la deconstrucción del derecho
El paquete de dieciocho iniciativas constitucionales iniciales en vías de dictaminarse bien podría ser ubicada como una operación de deconstrucción del derecho en la óptica de Jacques Derridá, autor de la célebre frase “nada hay fuera del texto”, contenida en su libro “De la Gramatología”, que resume su propuesta filosófica y para quien el derecho es factible de deconstruirse, pero no la justicia. En ese texto de 1967 habló de desconstrucción como forma de leer la realidad y de interpretarla de manera distinta a como todo mundo lo hace, lo cual implicaba desmarcarse de las molduras hegemónicas.
Promovió una mirada crítica de las instituciones y de los estados nación. Según Derridá detrás de las instituciones están filosofías, lenguajes, discursos, imágenes, signos e ideas que le dan sustento. Por eso se le conoce como el filósofo del escepticismo posmoderno.
Lo anterior al tenor de la idea deslizada por Norberto Bobbio de que Derecho y Poder son dos caras de la misma moneda, entre las cuales la tensión no puede descartarse, como en el caso de la reforma judicial y la propuesta de elección popular de ministros, magistrados y jueces.
Y la tensión entre poder y derecho ha derivado en enfrentamientos poco recomendables y que se ubican en temas como legitimidad y legalidad, entendida la primera como las reglas que permiten el acceso al poder y cuyo cumplimiento concede el reconocimiento del título del poder, es decir que su obtención fue apegado a las normas, mientras la segunda implica que el ejercicio del poder se constriña a las leyes vigentes. Una y otra son figuras indispensables en una sociedad democrática.
A ese respecto se ha sostenido que, a diferencia del Poder Judicial, que se legitima con sus resoluciones, el Ejecutivo, lo hace a través de acciones de la administración pública tangibles en beneficio y apoyo hacia ciertos sectores y clientelas electorales como son los programas sociales con transferencias directas de efectivo, becas, grandes obras de infraestructura, etc., mientras las labores de la judicatura son intangibles para las mayorías. En cambio, el legislativo que legitima su actuar con la calidad de lo que legisla, ha quedado su función en entredicho tras la aprobación de leyes declaradas inconstitucionales.
El problema inicia cuando se quieren cambiar esas reglas del juego a conveniencia o ven en el derecho un instrumento para imponerse en la convivencia común, sin descartar que dichas normas deban bajo criterios de racionalidad jurídica de adecuarse al momento o a las
exigencias sociales, siempre cumpliendo con los procesos legislativos del caso, cuando se trata de derecho escrito, no así cuando implica los usos y costumbres que conforman los sistemas normativos no escritos de los grupos originarios, que conforman el sistema jurídico dual mexicano.
Otro aspecto, muy debatido entre los juristas es el de las dos dimensiones del derecho, la real y la ideal y la escuela analítica cuyo representante destacado es el profesor Robert Alexis y parte del hecho de que a veces el derecho está capturado por poderes fácticos que pueden hacer cosas que van en contra de la naturaleza humana y de la justicia y que esta escuela rescató de la escuela positivista elementos positivos como la dimensión institucional y la efectividad del derecho, así como la pretensión de justicia que tiene el derecho, dado que para la corriente no positivista excluyente los defectos morales provocan la invalidez del derecho y para la corriente no positivista super incluyente es todo lo contrario, toda vez los defectos morales de las normas jurídicas no provocan su invalidez y se advierte de la existencia de sistemas autoritarios que pueden ser efectivos y regulados por normas válidas.
De 1917 a la fecha la Carta Magna ha sido reformada en lo que ha propiciado que por su naturaleza jurídica nuestra Constitución se haya convertido en una de las más flexibles y reformadas del subcontinente latinoamericano, inscrito en la tradición del derecho del civil law de origen romano germánico.
Entre todas las iniciativas promovidas la judicial y la de la Guardia
Nacional son las que han llamado la atención y más polémica han generado, mientras la indígena quedó relegada luego de casi todo el sexenio lopezobradorista en espera a pesar de que en sus inicios se abrieron foros y debates al respecto, primero con el Plan Nacional de Desarrollo, luego con la reforma constitucional del artículo 2º. Impulsados por la Secretaría de Gobernación y el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, instancia creada en este gobierno cuatrotero.
Si bien megaproyectos como el Tren Maya y el impulso de Planes de Justicia para diversas etnias sonorenses como yaqui, mayo, seri y guarijío, incluyendo la petición presidencial de perdón a los pueblos maya y yaqui por los desmanes del pasado, hizo que se hablara de canalización de fuertes inversiones en infraestructura, el tema de fondo de la reforma indígena quedó pendiente de abordarse desde la firma de los Acuerdos de San Andrés en 1994 con el EZLN, la persecución de Ernesto Zedillo en contra de las cabezas del zapatismo y que la reforma de 2001 de Vicente Fox soslayó, como lo era el reconocimiento de los pueblos originarios como sujetos colectivos de derecho público dotados de autonomía real.
Sin consulta indígena no hay Plan C en la materia
Para que proceda la reforma indígena propuesta, no basta que se apruebe por la aplanadora obradorista, pues su validez depende de que se consulte con las comunidades y pueblos autóctonos al tenor de lo previsto en el artículo 2º. de la Constitución Federal y d
Actualmente, en el caso del Código Nacional de Procedimientos
Penales, que en su artículo 420 contempla la justicia indígena, por su falta de consulta en el viciado procedimiento legislativo que le dio origen, se ventilan sendos juicios de amparo en juzgados federales de Hermosillo y Cajeme.
Enfrentamiento en la Vanguardia: AMLO-Marcos
Sin duda, todo proyecto requiere de un sujeto social y político, de sectores conscientes, cuadros, liderazgos y una organización que lo impulsen hasta el punto de concretarlo. En su “¿Qué hacer?” Lenin pergeñó su teoría vanguardista.
Ejemplos destacados son: Como Grupo Compacto bautizó Manuel Camacho Solís al núcleo de funcionarios aglutinados alrededor de Miguel de la Madrid, que desde la Secretaría de Programación y Presupuesto se dispuso a tomar el poder en 1988 bajo el liderazgo de Carlos Salinas, quien se rodeó de perfiles técnicos altamente calificados como Luis Donaldo Colosio y Ernesto Zedillo y se propuso acabar con los feudos políticos existentes como el sindicato petrolero liderado por Joaquín Hernández Galicia La Quina y la cúpula del SNTE, así como impulsar el neolibelarismo como política de Estado delineada en el Plan Global de Desarrollo con José López Portillo; la Corriente Democrática que fracturó al PRI liderada por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo y desembocó en el PRD primero y posteriormente en Morena o a nivel SNTE con el grupo Vanguardia Revolucionaria de Carlos Jonguitud Barrios, que impuso el control férreo sobre los trabajadores de la educación y sus cuotas.
Desde la izquierda a partir de la fundación del PRD y de 1994, tras el levantamiento zapatista que incluyó doce días de combate, cese unilateral al fuego, pláticas de paz fallidas, construcción de autonomía propia con los Caracoles y Juntas de Buen Gobierno y la proyección internacional del problema indígena, dos fuerzas, una procedente de la unificación de las corrientes del nacionalismo revolucionario priísta y de militantes del Partido Comunista Mexicano y sus herederos PSUM, PMT y PMS y otra de la lucha insurgente de las Fuerzas de Liberación Nacional, sobreviviente de la guerra sucia de los setentas y ochentas que se asentaron en los Altos de Chiapas, se disputaron a pesar de sus muchas coincidencias la vanguardia política a partir de la elección de 2006, en que el EZLN decidió no apoyar la candidatura de Andrés Manuel López Obrador y llamaron a no votar a través de la Otra Campaña que inició en enero del 2006.
Igual postura los zapatistas impulsaron los zapatistas en 2012 y en 2018, en que intentaron junto al Congreso Nacional Indígena promover la candidatura independiente de Marichuy Patricio Martínez, la cual no se concretó por falta de firmas de apoyo.
Con dos encuentros registrados entre AMLO y Marcos, en 1994 y 1996, la distante relación se acrecentó con el tiempo y desde entonces ambos personajes se han dicho de todo.
El 10 de abril de 1994 es la fecha del rompimiento entre el EZLN y el PRD, cuando habitantes de Zinacantlán, que formaban parte de las bases de apoyo zapatista, fueron emboscados por integrantes del PRD, cuyo
saldo fue 125 familias desplazadas y decenas de heridos.
En 2006 Marcos calificó a AMLO como “el huevo de la serpiente”, que anidaba en el gobierno de la Ciudad de México.
En todo ese lapso y hasta la actualidad la pugna política entre sus máximos líderes, AMLO y el Subcomandante Marcos, después llamado Galeano, se ha mantenido, a tono con la actitud que el líder rebelde sostuvo con Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, en donde el mito sobrevivió a dichos presidentes y liderazgos políticos fuertes de la alternancia como el de Fox, evocando a enfrentamientos épicos tanto estratégicos como ideológicos entre jefes militares y caudillos como los de Emiliano Zapata con Francisco I. Madero; de Pancho Villa con Venustiano Carranza y Alvaro Obregón o de Lázaro Cárdenas en contra de su mentor Plutarco Elías Calles.
Por su parte López Obrador acusó en 2006 que derivada de la postura zapatista se selló su derrota, mientras Marcos lo acusó de no madurar y aceptar sus errores.
“Podrán cambiar de capataz, de mayordomos y caporales, pero el finquero sigue siendo el mismo”, dijo Galeano en su reacción al triunfo de la coalición Juntos Haremos Historia del 1º. de julio de 2018. “Por el bien de todos, primero los huesos”, se dijo entonces invocando el slogan perredista “Por el bien de todos, primero los pobres”.
El año 2020 el subcomandante Moisés refirió que el territorio zapatista el EZLN lo defenderá con su vida contra los megaproyectos como el tren Maya.
En respuesta AMLO refirió que su trabajo en las comunidades indígenas databa de hacía cincuenta años, cuando algunos dirigentes del EZLN estaban estudiando.
Desde el EZLN se ha calificado a AMLO como iluminado, amadísimo líder, loco o mañoso. López Obrador, por su parte, reconoció las aportaciones del Subcomandante Marcos aportó mucho a Chiapas y al país en general, porque visibilizó la pobreza y problemas como el racismo y la opresión. Y refirió que su pensamiento de que podía lograrse un cambio de abajo hacia arriba aunque fue teóricamente bien planteado, no se aplicaron, ni trabajaron y quiso evitar muchas fatigas.
“Es más difícil llevar a una transformación de manera pacífica, porque demanda de mucho trabajo de concientización, hay que estar todos los días en los pueblos hablando con la gente, predicando todos los días que llevar a cabo una transformación mediante un movimiento armado, que eso es una vanguardia…”, añadió.
“Ese acercamiento con la gente ha permitido que prevalezca un movimiento como el suyo y por ser un movimiento teórico desprendido de los sentimientos de la gente, lo cual ha llevado al fracaso a los movimientos y revoluciones de izquierda en América Latina, porque la vanguardia sí muy bien, ¿pero el pueblo?agregó el mandatario federal.
En ocasión del 30 aniversario de la aparición pública del EZLN, ya en la recta final como presidente el tabasqueño, tras la desaparición de los municipios autónomos y juntas de buen gobierno, debido a la crisis de inseguridad que asola Chiapas, AMLO se refirió en conferencia mañanera que
El modelo neoliberal en el campo
Apenas en la primera semana de julio pasado, en su gira finsemanal del presidente López Obrador y Claudia Sheinbaum, se firmó el decreto que restituía 12 mil 978 hectáreas a la nación yaqui y en donde Sheinbaum afirmó que se seguirá con los planes de justicia para los pueblos indígenas y que se trabajará para sacar la reforma indígena presentada por López Obrador.
Por su parte dirigentes del presentaron a Claudia Sheinbaum el documento la Coordinadora Plan de Ayala,
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