Un súbito fervor patrio…

Óscar Eduardo Castro Castro, alcalde de Puerto Peñasco
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Algo está pasando en un selecto sector de la clase política nacional, que súbitamente han descubierto su amor por la riqueza cultural mexicana, por el folclor y lo autóctono; por el arraigo a los orígenes y la evocación de Aztlán, mítico punto de partida de aquel éxodo que no paró hasta encontrar un águila posada sobre un nopal y devorando una serpiente…
No hablo de aquellos que, aunque quisieran, les resulta imposible abdicar de su flagrante condición étnica y se les da de modo natural la identificación con la ritualidad que da sentido y pertenencia a este México que según las santas escrituras del Tlatoani se fundó hace más de diez mil años. Y aléguenle.
No. Me refiero a otros a los que el mestizaje les ha blanqueado la piel y colorido los ojos, o a algunos más o menos percudidos que hasta hace muy poco tenían en Las Vegas, Disney World o ya de jodidos ‘la walmar’ al norte de la frontera los sitios rituales para profesar su fe de guerreros de la reconquista del territorio robado por los gringos, de suyo contentos por los dolaritos que les dejan en sus changarros, o por los servicios prestados en trabajos “que ni los negros quieren hacer”, como diría aquel filósofo chilango de nacimiento pero avecindado en Guanajuato y por cierto descendiente de un irlandés y una vasca.
Me refiero a gente como Marina del Pilar Ávila, la gobernadora de Baja California, que no tan inopinadamente descubrió que son más buenos los tacos que las hamburguesas, pero lo hizo solo después de que el gobierno norteamericano retirara a ella y a su marido, Carlos Torres, sus respectivas visas.
Claro que si hubiese descubierto sus verdaderas aficiones gastronómicas hubiera asentado su residencia cerca de los tacos ‘Del Ferrocarril’ en Mexicali, sobre la calle Revolución en Tijuana donde hay de birria, pastor, asada y suadero, o allá por Ensenada, donde se encuentran los mejores taquitos de pescado. No. La señora prefirió mejor comprar una casita de casi cinco millones de dólares en el exclusivo sector Rancho Santa Fe, en San Diego, California, misma que ya anda vendiendo después de descubrir que guácala las hamburguesas y al cabo que ni quería ir a Estados Unidos porque México es mucho más bonito. A huevo.
Recién se acaba de sumar a ese selecto grupo de neonacionalistas fervorosos el alcalde de Puerto Peñasco, Óscar Eduardo Castro, mismo que hizo un berrinche cuando se filtró que había sido retenido hace algunas semanas junto con su familia, al intentar cruzar la garita de San Luis Río Colorado y acusó a los medios de orquestar una campaña en su contra.
Pero ayer, el señor Castro Castro, que solía ir y venir a EEUU con la naturalidad y frecuencia de cualquier habitante de la frontera (con visa, claro), fue inquirido de nuevo al respecto y lanzó la siguiente joya: “lo importante es que a donde tengo que entrar, que es el Ayuntamiento, para cumplir con mis obligaciones, no se requiere visa”. ¡Ayayayayayyyyyy!
Marina, Óscar y Melissa Cornejo, esta consejera estatal de Morena en Jalisco a quien se le hizo fácil apologizar sobre las manifestaciones de migrantes en Los Ángeles, solidarizarse con ellos y conminar al gobierno gringo a que se metiera su visa por el culo. Así lo escribió en su cuenta de X, no vaya a pensar que esta columna ya se anda desbarrancando por el abismo del vituperio y la escatología.
Pa’ pronto, el vicecanciller gringo Christopher Landau ordenó que le fuera retirada la visa, pero resultó que la señorita ni siquiera tenía ese documento vigente. La ‘quemada’ no solo fue descomunal, sino que enrareció más el ambiente de una relación bilateral que en esos días la presidenta Sheinbaum se esmeraba en suavizar. Total que la muchacha no volverá a entrar a EEUU ‘ni como carne endiablada’, como diría el recordado fotógrafo Alejandro Mena.
Hasta hoy, varios personajes han tenido ese mismo final: Los Alegres del Barranco, Julión Álvarez y hasta Lorenzo de Monteclaro, todos inscritos en un registro de EEUU donde aparecen como presuntos sospechosos de mantener relaciones con grupos criminales.
La coyuntura ha servido para especular sobre la existencia de presuntas listas en las que aparecerían otros personajes de la política mexicana, aunque oficialmente no existe evidencia de que tales listas sean reales y más bien están siendo utilizadas para ‘acalambrar’ a dichos personajes y articular campañas negras en su contra.
El caso más reciente fue el del gobernador de Sonora, que de inmediato atajó los rumores al anunciar su próxima visita a Phoenix para encabezar junto a su homóloga de Arizona, Katie Hobbs la plenaria de la Comisión Sonora-Arizona o Arizona-México los días 26 y 27 de junio.
El rumor pues, no llegó lejos y muchos coinciden en que se trató más bien de un nuevo caso de ‘fuego amigo’, que por cierto no distrajo al mandatario de su agenda pública y los proyectos que están ofreciendo resultados.
De hecho, el Inegi dio a conocer ayer que gracias al Plan Sonora de Energías Sostenibles, Sonora se encuentra en el Top 10 nacional de entidades con mayor crecimiento industrial.
Nada más en generación y venta de energía eléctrica, abastecimiento de agua y gas natural, el Inegi reportó un crecimiento del 9.1%, ubicando a Sonora en el séptimo lugar nacional en ese rubro, sin contar otros como la minería y el sector de la construcción que también muestran tendencias al alza.
Así las cosas.
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