LOS ORGULLOS DE MI NEPOTISMO

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La palabra la escuché por primera vez, allá a finales de los setenta cuando estaba más y mejor el presidencialismo autoritario, pero a la par empezaba a brotar el pus maloliente de un estilo de hacer gobierno que para fortuna del pueblo bueno y sabio se ha desterrado para no volver jamás volver.
Luego mi madre me regaló un diccionario de pasta amarilla e interiores color sepia viejo y entre las palabras que busqué ahí fue demagogia, acróstico y por supuesto nepotismo.
Nepotismo: véase nepotista. Nepotista: véase nepotismo.
Por ese rumbo iban las definiciones
Lamentablemente ya no están conmigo ni ese diccionario ni mi madre están físicamente conmigo, pero su legado me dejó mucho aprendizaje.
Un memorable ejemplo de esta manera de favorecer a una persona allegada es aquel episodio cuyo protagonista fue el expresidente José López Portillo quien, durante su sexenio (1976-1982) calificó como “el orgullo de mi nepotismo” la designación de su hijo José Ramón, en el cargo de subsecretario de Programación y Presupuesto.
Todo lo que les digo es cierto.
Si no me creen, tráiganme un notario y frente a él lo ratifico y lo firmo.
No sirve de nada, pero lo hago si ustedes quieren.
Conozco a varios amigos que ejercen esa función pública, y con gusto me harían ese gran favor.
Mentira, no conozco a tantos y menos me harían el favor ni pidiéndole el apoyo al Bengi quien tiene un tío fedatario ni al Aaron, mi paisano, el cual trabajó por largos años realizando esa labor.
Ninguno de los mencionados me ha dado un puesto ni me ha otorgado nombramiento alguno, ni yo a ellos.
Que conste.
Pero sigamos: nepotismo es la utilización de un cargo para designar a familiares o amigos en determinados empleos o concederles otros tipos de favores, al margen del principio de mérito y capacidad. amiguismo, favoritismo, enchufe, enchufismo, cuatachismo, parcialismo, favor, parcialidad, predilección, privanza.
Significa entonces que el nombramiento por sí mismo, no actualice el nepotismo.
Para que eso ocurra tienen que existir al menos tres cosas:
1.-Que A nombre a B
2.- Que entre ellos haya algún vínculo de los citados arriba.
2.- Por último y parece que esto es fundamental para reprochar esta práctica, el nombrado tiene que ser un bueno para nada, que no había sido designado nunca y que hubiera seguido en el batallón de los holgazanes muy quitado de la pena y así hubiera seguido si no es bendecido por la decisión de su papá, mamá, un tío, su abuelita, su esposa o esposo, hija o hijo o su amigo con quien estuvo en la escuela o es el imprescindible desde hace años tratándose de estar a su lado en las carnes asadas, en un equipo de fútbol o en una causa en donde su única función es obedecer, sin chistar.
Ingredientes para un buen nepotismo: un servidor público, un familiar o pariente de este y que el designado no sea precisamente un superdotado y/o que le rehúya al trabajo.
Eso pudiera ser el nepotismo genérico, el nepotismo Lopezportillista, digamos.
Pero también existe el que denominaré como nepotismo cruzado, entendido como tal al favor mutuo que se hacen entre servidores públicos con el propósito de maliciarla tantito y no evidenciarse en dichas prácticas. Es decir, un funcionario no hace el nombramiento directo del amigo o del pariente sino que se los manda a otro, sin ningún vínculo consanguíneo o filial y este le corresponde de la misma forma y así todos felices y contentos.
En contraparte y desmenuzados los elementos típicos del nepotismo, yo pregunto si podemos llamar así a un nombramiento realizado sí por un secretario, un delegado, un director a favor de un compañero o compañera o familiar hasta el cuarto grado, pero este es y ha sido una lumbrera, superdotado o, como suelen llamárseles, una persona “gifted” y además es incansable, todo un corredor keniano, y para rematar es voluntarioso y proactivo.
Esto no venía el diccionario que me regaló miama pero el código de Ética de la Función Pública prescribe ocho principios a cumplir: Respeto, probidad, eficiencia, idoneidad, veracidad, lealtad y obediencia, justicia y equidad, así como lealtad al Estado de Derecho.
Les pregunto: ¿se salvan del nepotismo los involucrados cuando el que llega al empleo, cargo o comisión sin satisfacer o llenar los requisitos de ese perfil?. Ya sé que preguntarán quién habrá de someterlo a prueba para constatar que así sea, pero ese es otro cantar y será en otro capítulo de esta serie cuando lo abordemos.
Supongamos que don Hermann Einstein o doña Pauline Koch, papá y mamá de Einstein hubieran ocupado la presidencia germana y al anunciar su gabinete resulta que nombran a su hijo Beto como Secretario de Energía o lo equivalente a la dirección o secretario de Conacyt.
Digamos que una tía o alguien muy cercano al doctor Ignacio Chávez Sánchez, recibe la banda presidencial como nueva mandataria y lo designa como secretario de Salud.
¿Sería esto un acto de nepotismo? ¿Sería nepotismo, pero nomás poquito ¿no sería nepotismo?
No quisiera imaginarme la de ocho en un diario local: “Nombra como secretario de estado a su hijo“ “Le da la secretaria de salud a un sobrino”.
Cuánto quedará por verse en este escabroso tema, pero como en las olimpiadas, el reto a vencer, de resultar cierta esa leyenda, es superar a Calígula quien planeó nombrar a Incitato, su caballo, en el cargo de cónsul o senador. Si así fue, cuando menos se hubieran ahorrado una silla.
Veremos quien rompe ese récord. Nomás recuerde que era caballo, no burro pues esto sí está más fácil y ya se ha hecho.
Mientras eso ocurre y estimando que si el palomeado para ocupar el cargo es una chucha cuerera, muy productivo, eficaz y suma pericia en la encomienda que se le viene, yo no puedo irme si adelantar el borrador de una parte de mi gabinete para cuando se encaprichen las masas y el voto me favorezca:
Secretaría de Gobernación: José Cuitláhuac Castro Silva; Secretaria de Economía: Rosario Coya Yañez, Coordinadora de Asuntos Intergubernamentales y Participación Social: Guadalupe Dolores Ferra Gutierrez; Secretario de Relaciones Exteriores: Alfredo Ojeda Aguilar; Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) y el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas: Tonatiuh Castro Silva; Secretario de Salud: Ernesto Manteca Manzo; Secretario de Desarrollo Social: Miguel Ángel Avilés Ríos; Secretario de Hacienda y Crédito Pùblico: Guillermo Beltran Rochin; Secretario de Agricultura y Desarrollo Social: Luis Rogelio Avilés Carballo, Coordinador de Comunicación Social: Arturo Soto Munguía; Secretario de la Defensa Nacional: Juan Luis Silva; Secretario de la función Social: Rafael Mungarro; Secretario de Marina: José Antonio Barragán León; Secretaria de Turismo: Martha Arteaga; Secretario de Seguridad Pública: Jorge Alberto Paco “El Nano”; Secretario de Educación y Cultura: Ricardo M. Solis Perez; Secretaria del Trabajo y Previsión Social: Diana Coronado; Conade: Anibal Arnaud Avilés; Instituto Nacional de Estadística Y Geografía: Ana Lucia Castro Luke; Secretario Particular: Jesús Alberto Barragán Noriega; Cónsul en Usa: El Pushi.
Ahora si ya casi me voy, no sin recordarles que soy marxista, pues nací en marzo y en honor a eso, aquí les comparto algo del maestro Guillermo Sheridan:
De Marx quedó un catecismo
de tristes y huecas frases
entre lo que dices y haces.
¿Para qué liberar gentes?
Si das chamba a tus parientes
triunfa tu lucha de clases.
Para terminar, quiero anunciarles la primicia de que al día siguiente de mi toma de protesta, anunciaremos la creación del instituto para quitar del país el nepotismo y una cruzada nacional contra ese flagelo que tanto daño nos hace.
Pero no solo eso: desde hoy empeño mi palabra y mi honorabilidad para que estas instituciones comiencen a funcionar, sin demora, en el 2040.
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